sábado, 27 de octubre de 2012

Thomas Kuhn 1922- 1996



 
 
 
 
 
 
 
 
Kuhn inició sus estudios interesado en física, durante el resto de la segunda guerra mundial, trabajó en asuntos relacionados con el radar, tanto en Harvard como en Europa. Recibió el doctorado en física con una tesis relacionada con aplicaciones de mecánica cuántica al estado sólido. Se interesó por la teoría de la materia en el siglo XVIII y los orígenes de la termodinámica. Luego, su interés se centró en la historia de la astronomía y publico su primer libro, La Revolución Copernicana. En 1956 tomó una cátedra de historia de la Ciencia en la Universidad de California en Berkeley, donde el departamento de filosofía le permitió desarrollar su interés en la filosofía de la ciencia.

La Estructura de las Revoluciones Científicas” es uno de sus libros  más citados, vendidos y traducidos a diversos idiomas en el ámbito académico. No solo marca un rompimiento con las doctrinas positivistas sino que propone un vínculo muy estrecho entre historia y filosofía de la ciencia, este material  despertó interés tanto a favor como en contra de las ideas ahí planteadas. La afirmación de Kuhn de que los científicos no usan reglas lógicas en el logro de sus objetivos se tomó equivalente a aseverar que la ciencia es ilógica.

Otros aspectos como el no diferenciar los procesos de descubrimiento y justificación, la imposibilidad de comparar teorías o inconmensurabilidad, y en especial su énfasis en la importancia de la historia para la filosofía de la ciencia, le valieron el repudio de los filósofos. En el párrafo inicial de su libro, se lee:

La historia, si se mira como algo más que un repositorio de anécdotas y cronologías, podría producir una transformación decisiva en la imagen de la ciencia que ahora nos domina ” .

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